Sábado 23 de Diciembre de 2017 a las 17:30 Asistencia gratuita.
Seminario: “Responsabilidad y
Azar”
Sobre la base de “la Consolación de la filosofía” de Boecio, con
ayuda de las “Meditaciones” de Marco Aurelio y con pie en nuestro anterior
seminario “Zadig o el Destino” (disponible en YouTube) trataremos de ahondar en
las implicaciones que tienen los vaivenes del azar en nuestras vidas, y cómo,
con las conclusiones a las que hemos llegado previamente, se puede hablar de
responsabilidad, si es que se puede…
“Cuando con mano altanera cambia el rumbo de los
acontecimientos y avanza, semejante en su marcha a las
agitadas ondas del Euripo, aplasta bajo sus pies a los reyes
antes temidos y levanta del polvo las frentes humilladas de
los que sucumbieron. No escucha a los desgraciados ni se
cuida de sus lamentos; antes bien, se burla del llanto que ha
provocado su mismo rigor. Así es como se entretiene para
probar sus fuerzas. Maravillosamente se descubre cuando en
el curso de una hora hace pasar de la loca alegría al
desesperado abatimiento.”
Consolación
de la filosofía LII MI
Alcanza
el supremo Vacío.
Abraza
la paz interior con corazón decidido
Cuando
todas las cosas se agitan a la vez, sólo contemplo el Retorno.
Para
florecer como lo hacen, cada una de ellas retornará a su raíz.
Retornar
a su raíz es encontrar paz.
Encontrar
paz es realizar el propio destino.
Realizar
el propio destino es ser eterno.
A
conocer lo eterno se le llama Visión.
Si
no se conoce lo Eterno, se sume uno ciegamente en la desgracia.
Si
se conoce lo Eterno todo se puede conocer y abarcar.
Si
se puede conocer y abarcar todo, se es capaz de hacer justicia.
Ser
justo es ser como un rey; ser como un rey es ser como el cielo.
Ser
como el cielo es ser uno con el Tao; ser uno con el Tao es permanecer para
siempre.
Alguien
así estará a salvo y entero, incluso tras la desintegración de su cuerpo.”
Tao
te King (16)
”Aunque
la abundancia de colmado cuerno repartiera sin
retirar
su mano todos los bienes imaginables, numerosos
como
las arenas que remueve el océano agitado o como las
estrellas
que ostenta una noche serena, no por eso cesarían
los
mortales en sus quejas y lamentos. Podrán los dioses
escuchar
cuantos votos se les dirijan, prodigar sin límites el
oro
y la riqueza, llenar al ambicioso de honores
deslumbrantes:
lo ya conseguido en nada se estima; la
codicia
brutal devora su presa y abre sus fauces en demanda
de
nuevas cosas. ¿Qué frenos podrían contener dentro de
justos
límites a la avaricia desbocada, si aún la abundancia de
generosos
presentes enardece todavía más la sed de poseer?
Nunca
es rico quien con lamentos y clamores se juzga en la
miseria”.
Consolación
de la Filosofía LII MII
Lectura recomendada: Libros
(capítulos) I,II y III de la Consolación
de la filosofía de Boecio