Retomando los seminarios de filosofía...
Como el anterior será grabado y colgado en la web para todos aquellos que no puedan acudir y deseen verlo. Por supuesto la entrada el libre y gratuita a cargo de Marcos.
Seminario sobre “Zadig o El Destino” de Voltaire
25/03/2017 18:00
Lectura recomendada:
el cuento de “Zadig o el Destino” de Voltaire.
Este bonito cuento de
uno de los grandes inspiradores de La Ilustración nos llevará al planteamiento
sobre la “lógica” del Destino y el Merecer, o más allá de ello si existe tal.
“Un día, el Esfuerzo
dijo al Destino: <<Mis logros son mayores que los tuyos>> .
El Destino no estuvo
de acuerdo y desafió inmediatamente al Esfuerzo: <<¿Qué es lo que has
hecho para afirmar que tus logros superan los míos?>>.
El Esfuerzo respondió:
<<El que alguien viva una larga vida o muera joven, sea rico o pobre,
triunfe o fracase depende de mí>>.
El Destino respondió
inmediatamente: <<La inteligencia del viejo Peng no podía compararse con
la de los emperadores Yao y Shun, sin embargo vivió una vida larga y saludable.
Por otra parte, Yen-hui, el mejor
discípulo de Confucio murió cuando tenía dieciocho años. (…) ¿Qué puede decirme
de los funcionarios corruptos que son ricos y de los trabajadores esforzados y
honrados que son pobres?>>.
El Esfuerzo no había
previsto este aluvión de pruebas contra su afirmación. Frunció el ceño, pero el
Destino continuó: <<Si eres tan eficaz como dices, entonces ¿por qué no
haces ricas a las personas muy trabajadoras? ¿Por qué no les das una vida larga
y próspera a las personas virtuosas? ¿Por qué no están empleados los capaces e
inteligentes y por qué los estúpidos ocupan puestos importantes en el
gobierno?>>.
El Esfuerzo no tuvo
nada más que añadir ante estos desafíos, así que tímidamente respondió al
Destino: <<Tienes razón. Después de todo, no produzco muchos efectos.
Pero me atrevo a afirmar que muchas cosas suceden como suceden porque tú has
ido haciendo daño, ¡torciendo el sino de la gente y disfrutando con
ello!>>.
El Destino respondió
entonces: <<Yo no puedo forzar la dirección de las cosas. Simplemente les
abro las puertas para que pasen. Si algo va bien, dejo que siga su camino; si
algo se desvía, no lo impido. Nadie, ni tú ni yo, puede dirigir el curso de las
cosas. La vida larga o breve, rica o pobre, el éxito o el fracaso, la buena o
la mala suerte, todo se produce por sí mismo. ¿Cómo puedo dirigir los
acontecimientos o saber si quiera cómo acabarán las cosas?>>.”
“Es verdad, pues: reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos.
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña,
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta despertar.
Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe
y en cenizas le convierte
la muerte (¡desdicha fuerte!):
¡que hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el
sueño de la muerte!”